El carácter benedictino de nuestro carisma significa que la espiritualidad del Movimiento fluye de la Vida y de la Regla de San Benito.
El Movimiento usa la Regla de San Benito como guía para su organización y en cada una de sus actividades. Es un camino, una baranda, en la cual sus miembros, como dice la Regla, «formados por la ayuda de muchos» y «tomando por guía el Evangelio», pueden construir comunidades que representan, como en el tiempo de san Benito, una organización social alternativa fundada en el amor, de tal manera que todos juntos puedan vivir plenamente su Bautismo y ‘llegar a la patria celestial’.
El Movimiento ha tenido desde sus orígenes una fuerte interacción con diversos monasterios benedictinos.
En sus inicios y a lo largo de todos estos años ha mantenido un permanente contacto con la Abadía de Las Condes.
En 1981 se empezó una relación de amistad con la Abadía inglesa de San Lorenzo de Ampleforth que se ha plasmado en un intenso intercambio espiritual entre ambas comunidades, llamándose mutuamente confraters, término que quiere expresar la cercanía de esta relación de mutua colaboración y de profunda comunión.
El año 2010 la Congregación Benedictina Inglesa reconoció en el carisma de Manquehue una expresión auténtica del espíritu de san Benito a través de una consociación jurídica, en donde se reconocieron las bases de una comunión espiritual que facilita el desarrollo de la amistad, acogida, oración y colaboración mutua con los monasterios de la Congregación.
En el Movimiento buscamos que la Regla esté presente en todos los aspectos de la vida y que guíe el camino espiritual de cada uno de sus miembros. Por ello se consulta permanentemente y de las más variadas formas.