El día jueves 25 se realizó el segundo capítulo de oblatos y promesados, que fueron acogidos en la comunidad manquehuina de San Lorenzo. Su encargado de Comunidad, Patrick Blumer, dio la bienvenida. Unidos en la oración de Hora Intermedia, motivada por Roberto Ávila, oblato, quien comenzó diciendo: “hoy es Pascua porque estamos reunidos aquí en comunidad, sabemos que solos es más difícil, miremos nuestra propia experiencia y reconozcamos que cuando más nos cuesta tener conciencia de Dios es cuando estamos solos, por lo mismo la oración comunitaria es tan importante”.
El almuerzo fue en grupos, compartiendo de qué manera hemos visto al Señor actuando en la vida de cada uno en este tiempo de Pascua.
Jonathan Perry, Responsable del Movimiento, hizo una exhortación: “En estos días hemos estado celebrando la Pascua del Señor. Durante todo el Tiempo Pascual Jesús Resucitado nos acompaña como lo hizo con sus discípulos, confirmándonos en la certeza de la Resurrección, preparándonos para su Ascensión y el envío del Espíritu Santo en Pentecostés. La Liturgia de las Horas y la lectio que hacemos con las lecturas de la misa diaria y dominical, nos permiten despertarnos constantemente a la presencia y poder de Jesucristo Resucitado. El Cirio Pascual nos acompaña durante todo este tiempo, signo de esa presencia y acción en nosotros y el mundo entero.
No es que la Palabra de Dios y toda la Liturgia de este tiempo simplemente nos recuerden del acontecimiento histórico de la Resurrección, como algo que pasó hace dos mil años. Es mucho más que eso. Nos ponen en contacto vital con Cristo vivo, quien apareció a sus discípulos y está con nosotros, comunicando su vida y amor hoy a cada uno en cada momento.
“He aquí estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”(Mt 28, 20) .Te invito a decir ‘sí’ a esta vida de Cristo Resucitado que se trasmite en la lectio y que está en ti por tu Bautismo. ‘Sí’ a la vida divina para la cual fuiste creado: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí’ (cf Ga 5, 22) ‘No’ a las ‘discordias, iras, rivalidades, celos’ (cf Ga 5, 19) y demás obras de la carne, tristeza, desánimo, orgullo, miedo que paraliza…
Volcándonos al encuentro con el Resucitado en la Palabra: dedicando un tiempo diario a la lectio; celebrando la Palabra con mi grupo de lectio semanalmente. Alimentándome de la fuente pascual que es la Liturgia de las Horas. Participando en la Eucaristía dominical: porque la Eucaristía es sacramento de la Resurrección que nos incorpora a la vida del Resucitado. Preocupándonos de la oración personal que brota la lectio y de la Liturgia.
Hoy Jesucristo Resucitado se dirige a ti con las mismas palabras que pronunció a los discípulos y que se nos trasmiten en el Evangelio que acabamos de leer: “Id y proclamad al mundo la Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16, 15), con los signos que las acompañan, en el espíritu de la Tutoría, que es nuestra manera de compartir esta Buena Nueva; acogiendo, escuchando, saliendo al encuentro del otro, ‘irradiando el amor y la vida de Cristo Resucitado desde la comunidad’ (MRO 22, 8) hacia los demás.
Salgamos de nuestros miedos e inseguridades para compartir el gozo de la fe: en nuestras familias, en nuestros equipos de trabajo, con los alumnos, con los jóvenes, con nuestros apoderados y profesores, con nuestros amigos.
Que sepas con certeza que Cristo está vivo, que Él está siempre contigo, que habla contigo en la Biblia y en el Oficio; que está en ti por tu Bautismo. Está contigo dondequiera que vayas. Que siempre está actuando con todo su amor en cada uno de los acontecimientos de tu vida, que en todo lo que te pasa puedes descubrir su presencia y poder, hasta en los momentos difíciles. No hay tinieblas, no hay situaciones de muerte que Él no puede iluminar con la luz de su Resurrección”.