La homilía del Arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, comenzó con una reflexión en torno al miedo y sufrimiento humano, que se traduce por el sentimiento de las mujeres que fueron al sepulcro tras la resurrección del Señor. Anunció el triunfo de la vida sobre la muerte: “Celebremos a Jesucristo que ha vencido con su amor al pecado, al odio, a la violencia y a la muerte (…) yo les felicito porque ustedes quieren estar entre los aventurados que trabajan por la paz. Con la gracia de Jesucristo, se puede ser un instrumento de paz en medio de una sociedad violenta”.
“Jesús está vivo y es Él quien nos abraza y da fuerza para ser Iglesia. A lo largo de estos días, acompañemos con nuestras oraciones y buenos ejemplos a los hermanos y hermanas que en esta noche santa se han unido a la Iglesia por el bautismo”, termina reflexionando, monseñor Aós.