Durante este primer semestre, siete ex alumnos de los colegios de Manquehue vivieron la experiencia de cuatro meses en la Decanía San José. En Santa Hilda estuvieron Bárbara Méndez (L13), Florencia Winter (A14), Alessandra Botello (A 15) y Lucy Blumer (A16) mientras que en San Beda estuvieron Fernando Hurtado (B15), Fernando Sáenz (L 17) y Sebastián Madrid (L16).
Alguno de los jovenes nos contaron un poco sobre su experiencia:
Fernando Hurtado, “San José fue una experiencia muy fuerte de vida en comunidad y de oración. Haber vivido con siete personas tan dispuestas a vivir su fe como los miembros de la casa San Beda y con el orden que los ayuda a hacerlo, hizo de la Patagonia para mí una escuela de amor fraterno, un lugar de entrenamiento como cristiano. Todo lo que hacíamos apuntaba a encontrarnos con Cristo, a despertar a su presencia. El silencio, el trabajo, el claustro, la obediencia y la humildad, fueron distintas manifestaciones de este orden que me ayudaron a escuchar mejor la Palabra, y que me hicieron profundamente feliz por cuatro meses”.
Florencia Winter, “Me fui a San José por la necesidad de formación, soy jefa de scout hace un tiempo y sentí que necesitaba renovar mi experiencia y definir los criterios para poder seguir acompañando a mi grupo. Hace 5 años había ido por 10 días, pero esta vez tuve que convivir y hacer comunidad con otras 8 personas de diferentes familias y costumbres. Sentí que no dependía de nada, logré vivir el “hoy”, no pensar en el futuro. La comunidad me ayudó mucho para animarme, despertarme y seguir en cada actividad. En varios momentos de oración y trabajo descubrí que Dios tiene un plan perfecto, no debía dudar, tuve la confianza que tenía que tener. Pude comprender, por ejemplo, a través de las enfermedades que todo está en el plan de Él y como Él me cuida. “…La muerte ha sido devorada por la victoria, ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria, ¿dónde está oh muerte, tu aguijón?” (1 Cor. 15, 54-55) Sentí mucha paz, no hay muerte, y si me pasa algo eso también es plan de Dios y estoy con Él para vivirlo. Pude conocerme mucho, el “estar” en el presente, me hizo vivir el hoy. Me pude desprender de mi orgullo y “ser” parte de la comunidad. Estoy viviendo lo que me toca vivir, Dios está conmigo en todas partes, en mi casa, en mis actividades, no se quedó en san José, está conmigo y en mí”.