El 27 de septiembre se celebró el inicio de Tebaida con unas vísperas en medio de una cantera al lado de Chicureo.
Francisca Berger (A09), a cargo: “Tebaida es una experiencia de un año, para jóvenes que quieran vivir en profundidad, día a día, lo que han experimentado en Manquehue: la libertad y la alegría de la Comunidad y Amistad, Oración, Misión y Formación. La idea de abrir este espacio surgió a raíz de la necesidad que han expresado los jóvenes de unir su fe y su vida. Muchos de ellos han tenido experiencias fuertes de amistad, de encuentro con Dios, de sentido y de paz. Experiencia que no siempre es fácil vivir en lo cotidiano, en medio de las actividades, la vida social, la universidad, etc. El año de Tebaida busca iluminar la vida diaria de estos jóvenes. Sabemos que somos débiles y que no podemos solos; es una ayuda para permanecer y profundizar en aquello en lo que cada joven ha encontrado sentido y vida. Diecinueve jóvenes, hombres y mujeres, se unieron a esta experiencia para formar la comunidad de Tebaida”.
¿Por qué el nombre?
“Tebaida era un lugar en el desierto de Egipto, fuera de las ciudades, que fue el hogar de un movimiento revolucionario de la Iglesia en sus primeros tiempos. Con la conversión de los emperadores romanos al cristianismo, la Iglesia corría el riesgo de instalarse y entibiarse. Entonces, el Espíritu convocó a jóvenes que estuvieran dispuestos a vivir su camino de fe con profundidad. Tebaida es un lugar, un espacio, una imagen espiritual que representa la raíz monástica de san Benito y también representa la etapa que están viviendo los jóvenes cristianos de hoy, jóvenes que quieren buscar a Dios desde su realidad diaria, muchas veces desde la soledad, pero necesitando el apoyo de una comunidad para seguir adelante, para unir la fe y la vida, de manera de vivir en la única realidad, la realidad del Dios vivo que está reinando y actuando”.