La ONU proclamó en 1985 el Año Internacional de la Juventud; ese mismo año, el 31 de marzo, la Iglesia organizó una celebración del Domingo de Ramos en la plaza de san Pedro, donde se reunieron 350 mil jóvenes. Después de esto, el papa Juan Pablo II instituyó la Jornada Mundial de la Juventud. Así, cada dos o tres años, se reúnen millones de jóvenes en algún lugar del mundo para dar testimonio de su fe en Jesucristo.
Hace 23 años, por primera vez el MAM, con un grupo de jóvenes, participó en este encuentro con el papa Juan Pablo II, que se realizó en Roma el año 2000, con el lema: “La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros” (Jn 1, 14).
Catalina Cubillos (A12): ”Mi experiencia en Jornadas Mundiales de la Juventud ha sido increíble. He tenido la suerte de participar en Madrid (2011), Río (2013) y Panamá (2019). El ambiente que se vive, la alegría, la misión en común y la acogida de los distintos países son aprendizajes para la vida. Lo que más me ha marcado de participar en estas experiencias ha sido la comunidad manquehuina con la que fui. Hacer lectio en las plazas, rezar el oficio en los gimnasios y escuchar los testimonios de mis tutores fue un regalo. De igual forma, conocer otras culturas, a otros benedictinos y escuchar a los distintos Papas: Benedicto y Francisco, son cosas que realmente quedan en el corazón”.