El Jueves Santo, luego de la Misa de la Cena del Señor, se realizó una rueda de canto a lo divino.
Moisés Chaparro explica: “Estos signos de nuestra cultura católica, expresados en una manifestación pura de la religiosidad popular de nuestro país, como es el canto a lo divino, en verdad son una herramienta muy poderosa para la oración. Es realmente grato entrar en el ritmo del canto que te arrastra, sin buscarlo siquiera, a la oración y a una conexión consigo mismo, con el de al lado y con el Espíritu. El canto a lo divino ayuda a orar de una manera muy fácil, ¿que será? ¿El ritmo? ¿La música? ¿Los modos cantorales? ¿La poesía? ¿La búsqueda de Dios? Podrían ser todos estos elementos los que se conjugan en la rueda para conectarnos en un momento de oración único e irrepetible. Agradecido de Dios por los talentos que nos regaló”.
Álvaro Gazmuri (B01): “Para mí fue un regalo volver a cantar a lo divino en Samana Santa, ¡luego de 6 años! Me sentí conectado con este regalo que es participar de una rueda junto a otros cantores, expresando en poesía la fe que por gracia divina se ha ido cuajando en mi corazón durante años, en la experiencia de Manquehue. Fue un grito, un anhelo, un gemido del corazón, por alabar a Dios y entrar en el misterio de su Pasión. Gracias Señor por el canto a lo divino en mi vida”.
Pablo Rosenbaum (A11): “Para mí fue un momento de oración muy puro, de acompañar a Jesús en su agonía en el huerto. Fue impactante escuchar cómo cada uno de los cantores personificaba los sentimientos de Cristo y cómo tiene relación con la propia vida. Además nos acompañó un cantor de Puente Alto que se acopló perfecto a la rueda. Fue como recibir a Cristo mismo”.
Gabriel Huentemil (Cantor invitado de Puente Alto): “Agradezco, primeramente, la instancia, la invitación y el ambiente de comunidad y hermandad presente durante toda la jornada. Fue muy grato participar escuchando diversas voces que se nutren de la energía del canto a lo divino y lo hacen con tanto empeño y entrega, teniendo la oportunidad, además, de aportar a la rueda. Sentí que el Espíritu Santo nos acompañó en todo momento, siendo parte de y con nosotros, en una alabanza y reflexión colectiva. El canto adquiere significado y sentido cuando se presencian y viven estos eventos, donde el alma de cantores, oyentes y feligreses se transforman en un sola para ponerse al servicio del Altísimo”.
Ramón Gimeno (A17): “Fue un momento de oración profunda acompañando a Jesús en su padecimiento. A pesar del ruido exterior del canto, se me hizo muy fácil entrar en el silencio de la oración escuchando a los demás cantores y adorando al Santísimo. Sentí fuertemente a Dios manifestado en la belleza de los versos que cantamos y fue un momento privilegiado para estar con Cristo y empezar el camino de la Pasión con Él. Para mí fue un honor haber cantado en una Rueda de Canto a lo Divino por primera vez, y qué mejor que en Semana Santa para velar con nuestro Señor”.