El sábado 7, la invitación fue a peregrinar al Santuario de la Virgen de la Inmaculada Concepción, en el cerro san Cristóbal, hasta los pies de la imagen de la Virgen.
Consagrando a la Virgen nuestra patria y todos los habitantes a sus pies.
Tomás Hue (B18): “Fue un espacio donde pude ver una Iglesia viva, donde se me abrió un momento para reflexionar y rezar por la patria. La misa que tuvimos arriba fue especialmente significativa, porque mientras se pedía por Chile, podía ver a todo Santiago a los pies de la Virgen”.
Entre los asistentes, Martin Rosselot (B18): “La peregrinación fue para mí, una gran instancia para tomar consciencia del poder de la Virgen; a través de la oración, el pensamiento y la fe. Todo para al final encomendarle Chile y sentir que verdaderamente mi oración contribuyó para el bien del país. También fue una oportunidad de hacer comunidad con las personas del Movimiento”.
Belén Comparini (A14): “Éramos muchos jóvenes de diferentes movimientos, parroquias y pastorales de Santiago que peregrinamos en el cerro San Cristóbal para terminar el mes de María y encomendar a Chile. Fue un encuentro de mucha unión, de rezar y estar. A medida que subíamos el cerro, fuimos rezando el rosario y cantando. Terminamos con una misa arriba en el Santuario donde pudimos ver toda la ciudad iluminada rezando especialmente por ella”.