El Sábado Santo, en paralelo a la jornada de oración, se realizó una peregrinación familiar al cerro en Chicureo.
María José Peña: “El Sábado Santo fuimos en familia a la peregrinación al cerro. Fue una oportunidad maravillosa de encontrarse con Dios en la naturaleza y en comunidad, junto a otras familias. El paisaje invitaba a la contemplación y cada estación era un espacio de reflexión y oración. Yo tengo varios niños chicos y a veces cuesta mucho encontrar espacios como éstos, que ayuden a vivir y profundizar nuestra fe y en los que ellos también sean parte. Por eso agradezco mucho esta instancia, que se nota fue preparada con mucho cariño y dedicación”.