El sábado 6 de junio durante la mañana, se realizó la Jornada de oración de Promesados.
Se inició con la oración de Laudes, luego se mostró el video del Retiro del año pasado, continuó con una charla de José Manuel Eguiguren, Responsable, a abrir los ojos y ver que Jesús camina con nosotros, como los discípulos de Emaús. Luego, en un tiempo de oración y lectio, se compartieron los ecos en grupo. Finalizó con palabras de Jonathan Perry, quien invitó a volver al claustro interior y despertar a la presencia de Dios en todo y en todos.
Ricardo Edwards (DSB): “Realmente que bendición ha sido el Retiro de Promesados en éste difícil año. Me ha confirmado que Dios está en todas las cosas y en todos, lo que me ha permitido empezar a ver a Dios en el otro y darme cuenta que existe una realidad mucho más profunda que la que podemos ver con nuestros ojos cada día, pero muchas veces estamos ante ella con los ojos cerrados, como dormidos. Que gusto además ver a tantos y tantas amigas y experimentar su amistad espiritual y personal como siempre. Gracias Covid 19, por hacerme darme cuenta que debo nacer de nuevo”.
Marie Rolin (DSL): “A eso fui llamada en la jornada del sábado pasado y ese ha sido el echo en mi alma toda esta semana. El confinamiento nos ha separado físicamente pero nos ha unido no importando las distancias. Que maravilla esa cercanía gracias al internet. La jornada estuvo llena de sentidos, mensajes, intimidades ( cada uno en su claustro interior). Más que nunca se percibió el trabajo de un equipo con ese espléndido resultado de unirnos en una oración. El viento sopla trayendo la Buena Noticia. Gracias a cada uno que lo hizo posible”.
Catalina Davanzo (DSA): “Al reconocerme hija amada de Dios, y que Él es principio y fin de toda mi humanidad me trajo mucha Paz, y muchísimas ganas de poder manifestar a los demás su tremendo amor. Como dice san Benito “formados con la ayuda de muchos” (RB 1, 4) siento que todos unidos en este Espíritu formamos esta preciosa comunidad, que nos rescata y nos ayuda a “que la palabra de Cristo habite en nosotros con toda riqueza” (Col 3,16).
Alexandra Madden (DSA): “Fue muy impactante reconocer como Dios se va manifestando en las diferentes etapas de la vida, porque algunos promesados son papás, otros trabajan en los colegios, otros fuera, algunos son universitarios como yo, etc. Por lo que fue muy valioso escuchar las diferentes formas en la que Dios se le manifiesta a cada uno a partir de lo que esta viviendo. Me quedo con unas palabras de la oración final, que dicen: “ La vida del Espíritu no se impone; se ofrece”. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro “ Sal 26