Desde el martes 2 al 9 de agosto un grupo de Jóvenes Manquehue, ex alumnos de CSB Y CSA, viajaron a San José acompañados por Álvaro Gazmuri (B01). Este retiro de JJM usualmente se realizaba en el mes de octubre, pero con la idea de aprovechar las vacaciones de los universitarios, este año se realizó a principios de agosto. Es una experiencia enfocada a los jóvenes, centrado en el tema de la vocación “quien soy y a qué estoy llamado”.
Álvaro nos cuenta: “Fue una maravilla, la comunidad, la alegría constante. Muchos de ellos no se conocían pero todos estaban muy abiertos a vivir la experiencia. Nos acogió la comunidad de la Casa San Beda donde participamos de su día a día, intercalando experiencias propias, como un retiro de silencio de una mañana en el puesto de Caracuces.
Fue muy emocionante ser testigo de la búsqueda de los jóvenes. A mí, personalmente, me renovó la vocación, el regalo que tenemos en Manquehue de la lectio, la tutoría, la amistad gratuita, la oración y el silencio. El regalo que es San José. Jóvenes que llegaron con muchas dificultades y, en momentos difíciles de sus vidas, volvieron felices de la experiencia, renovados, en paz y dando gracias a Dios. Conscientes de que Dios les habló, que los creó perfectos y que les tiene preparado un plan para sus vidas; eso es parte la de vocación, el ir descubriéndolo”.
Martín Novoa (B20): “El retiro para mí fue una experiencia muy llenadora. El grupo que se formó tuvo mucho que aportar a eso. Durante toda la semana, con la comunidad de la casa, pude ir abriendo de a poco el oído del corazón para escuchar lo que Dios me quería decir. Los días se pasaron muy rápidos y fueron muy ocupados, tenía que estar muy atento en todos los momentos porque se me estaba manifestando en todas las cosas. Las conversaciones, los paseos, rezos, trabajo y momentos solo. Además de todas las actividades, siento que esta vez con lo que más me quedo fue cómo gracias a los otros se me fueron iluminando dudas y también llegando mensajes llenos de amor, lo que con el paso de los días me llenó de felicidad”.
Tobías Mackay (A21): “Ya había estado en San José en agosto del 2021, por lo que venía con expectativas muy altas para este retiro. Esto no fue un impedimento para vivir una semana llena de amor, servicio y una vida en comunidad que dan ganas de quedarse allá (no es broma, durante un buen rato más). Pude sentir a Dios vivo en mi corazón, en cada una de las actividades. Estoy muy agradecido de la oportunidad de haber estado en este precioso lugar, llego muy feliz y con ganas de seguir viviendo acá toda la experiencia”.