El sábado recién pasado se realizó el Retiro de la Rama Adultos del MAM, en un encuentro de las tres Decanías en el Colegio San Anselmo, bajo el lema: “Yavhvé, mi roca y mi baluarte, mi libertador y mi Dios” (Sal 18, 3a).
Se realizaron actividades de grupo, centradas en el lema central, compartiendo la lectio con integrantes de diferentes comunidades, además de rezar la Liturgia de las horas. Cerrando la jornada de la mañana José Manuel Eguiguren habló de cómo “Vivir la iglesia en nuestros tiempos”. Para luego, en la tarde, profundizar en la Lectio con la charla de Mario Canales: “Lectio Divina: Leer a Dios”, cerrando en una nueva actividad por grupos.
Algunos de sus asistentes nos cuentan lo vivido. Yolita Claro (DSB): “El día del retiro fue un día asoleado pero muy frío. El calor lo dieron sus organizadores, desde la bienvenida hasta el final, con alegría y con una cariñosa acogida. El día se me paso volando. Entre trabajos, adonde compartimos ecos con integrantes de otras comunidades de los distintos colegios, (fue una experiencia muy enriquecedora); la Liturgia de las horas y las dos maravillosas charlas. Una de José Manuel Eguiguren: “Vivir la iglesia en nuestros tiempos”. Y la otra de Mario Canales: “Lectio Divina: Leer a Dios”. Sentí que el Señor estaba con nosotros. El retiro fue una invitación a vivir la palabra de Dios y dejar que ella actúe. Una invitación a experimentar cómo la palabra de Dios puede iluminar mi vida día a día. Y como mi encuentro personal con El, me puede transformar de verdad. “La palabra era la Luz verdadera que ilumina a todo hombre.” (Jn 1,19)
Además, Rosita Bustos (DSL) comenta que: “Fui sin ninguna expectativa, ya que me gusta sorprenderme! En la primera Charla de esta jornada pude ver a nuestra Iglesia, quedé con la esperanza de que se fortalecerá, ya que tiene a Cristo como cabeza, y que hay que tener paciencia en Dios. En la Charla siguiente, encontré a un Dios amoroso, respetuoso que siempre sale a mi encuentro. Para mí esta experiencia fue sentir el abrazo y beso efusivo de Dios, lo cual me invita a misionar y dar a conocer este Dios amoroso reflejado en el versículo LC. 15.20: “Lo vio su padre y se conmovió; corrió y se echó a su cuello y le besó efusiva mente.”
Francisca Lacámara (DSA): “Haber podido vivir este retiro es una más de todas las manifestaciones del amor que Dios tiene conmigo. Ha sido un verdadero reencuentro con Él, me he dado cuenta del infinito amor que Dios tiene por mí, me he sentido realmente amada por Él. Y estoy profundamente agradecida del gran regalo que me ha dejado, su Palabra. Gracias al retiro pude vislumbrar la maravilla de lo que es la Palabra. Es un don, un regalo que Dios me da, un regalo que me trae una promesa de salvación, de eternidad. No es una exigencia como muchas veces lo he sentido. En esta Palabra puedo encontrar siempre la Buena Noticia de que Dios me ama, que está siempre conmigo y que además me dice que todo lo que me pasa está bien, porque Dios lo hace todo bien”.
Juan Carlos Macuada (DSB): “Al igual que todos los años, en este nuevo retiro volvemos a encontrarnos en comunidad en donde me doy cuenta que Dios siempre tiene algo nuevo que contarme. Todo lo vivido en esta oportunidad, la liturgia, el testimonio, las charlas, los trabajos en grupo, me permitieron re-encantarme con el sentido de pertenencia al MAM. Cuando nos juntamos en grupo para hacer lectio no deja de sorprenderme la riqueza de los textos bíblicos y como a cada uno nos llega de manera diferente y al escuchar sus ecos uno se enriquece y se sensibiliza al conocer la realidad de otros. Haciendo una reflexión me conmueve el hecho de sentir que cuando yo me dispongo a la gracia de Dios lo que brota en mi corazón es palabra de Dios viva la cual va marcando en mi un itinerario a seguir”.