San Juan es uno de los patronos del Movimiento y el apóstol más joven de Jesús. Es hermano de Santiago apóstol, y tanto a él como a su hermano se les llamaba hijos de Zebedeo e “hijos del trueno”. Junto a Pedro y Santiago constituían el círculo más íntimo de Jesús, por ejemplo, solo a ellos les pidió que le acompañaran a ver a la hija de Jairo o fue solo frente a ellos que Jesús se transfiguró en el monte. Juan es “el discípulo amado” de Jesús, como él mismo se llamaba, él se recostó sobre el pecho del Maestro durante la última Cena (cf Jn 13, 25), se encontró al pie de la cruz junto a la Madre de Jesús (cf Jn 19, 25) a quien acoge como madre desde ese día, y, por último, fue testigo tanto de la tumba vacía y de encuentros con Él Resucitado (cf Jn 20, 2; 21, 7). Juan es el autor del cuarto Evangelio, del libro del Apocalipsis y tres cartas que están en el Nuevo Testamento, desde donde se toma el lema del Movimiento “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15, 13) y otras lecturas que han servido como fuentes a las cuales volver para profundizar en el carisma de la comunidad. De san Juan aprendemos sobre la amistad, sobre la lectio divina y también a acoger a María como madre y a recurrir a ella como hijos (cf Jn 19, 25-27).