Por segundo año nos vimos enfrentados a vivir la Semana Santa en cuarentena, al desafío de reunirnos, ser Iglesia y celebrar en comunidad el Triduo Pascual. Gracias al trabajo de muchas personas esto fue posible: coordinar tecnología, cantos, salmos, liturgias y retiros, permitió que cada uno desde sus casas formáramos comunidad, permitiéndonos celebrar juntos la Resurrección del Señor.
Más de 100 personas estuvieron conectadas a las liturgias, las que nos fueron marcando el paso de la Semana Santa.
Belén Comparini (A14), quien preparó el oficio: “me ayudó mucho a meterme en la Semana Santa, leer cada antífona y lectura me hizo consciente del regalo que tenemos en la liturgia, también ver la disponibilidad y amor que cada persona al pedirles alguna grabación o hacerse cargo de algo, me recordó lo importante que es para mí y tantas personas esta Semana”.
La Liturgia de la Cena del Señor realizada al igual que la primera comunidad de los discípulos con Jesús, con un sencillo altar nos permitió dar paso luego a rezar junto a él en el huerto de los Olivos.
“Me sentí partícipe de la construcción del Reino de Dios. Un segundo año donde no se pueden celebrar estas maravillosas liturgias en las iglesias, implica un esfuerzo extraordinario para lograr llevar con la mayor solemnidad y belleza, la liturgia a los hogares. Provocar en las familias un encuentro amoroso con Jesucristo, a partir de su Palabra, de signos, gestos, cantos, ritos y muchos detalles, y asemejar estas celebraciones a las que tenían las primeras comunidades cristianas fue el gran desafío. En lo personal y familiar, esta semana santa fue un momento de estrecha unión con el Padre Celestial; vivimos intensamente el Triduo y celebramos alegres el Misterio Pascual. Nos cuenta Bernardita Illanes (DSA)
El Viernes Santo lo acompañamos en su Cruz, junto a el Vía Crucis realizado por miles de familias.
“Es un regalo enorme poder participar de la preparación de la celebración del Triduo Pascual. Me conecta profundamente con el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús a través de cada uno de los signos de la Liturgia de esos días. Volver a escuchar, cantar y rezar, unido a la buena voluntad y generosidad de cada uno de los que han cantado en estas celebraciones, hacen que me sienta parte de la Iglesia militante y unida a la Iglesia Triunfante que celebra con nosotros la Resurrección. Ha sido una oportunidad el vivir nuevamente, de manera tan personal y profunda, esta Semana Santa en la intimidad de mi casa”. Josefina Ringeling (B92) DSL.
“Para el retiro de jóvenes nos centramos en la lectura de los discípulos de Emaús, donde se les aparece Jesús resucitado y no lo reconocen. Experimenté esta Semana Santa, al igual que los amigos de Emaús, cómo el Señor puede transformar mi mirada, con su Palabra, con la Liturgia y en mi propia familia/comunidad. Hicimos el Triduo en la casa y participamos de los retiros y las oraciones del Oficio que pudimos. Me llegó mucho como no tengo que “merecer” la salvación de Jesús, sino que estoy invitado a dejarme salvar por Él, en mi pecado y en mi debilidad. Eso me llenó de gozo Pascual”. Alvaro Gazmuri (B01) JJM.
“Me tocó profundizar en la Vigilia Pascual, la cual no deja de sorprenderme por su riqueza de Gracia, en cada uno de los signos que tiene. Como que la vida entera del cristiano está contenida en esta liturgia, y te lleva a un cambio de vida, una metanoia”. Alejandro Greene (B00).
Semana Santa Comunidad San Gabriel
La comunidad San Gabriel pudo vivir la Semana Santa en comunidad y en comunión con el Colegio San Luis de Alba y el Movimiento, se unieron por zoom en los momentos de reflexión, oración, actividades y liturgia.
Consuelo Ingunza (A14) nos cuenta “El Jueves Santo invitamos a todo el Colegio a unirse a una lectio más un espacio de reflexión sobre el Jueves Santo. Para los siguientes días nos distribuimos en grupos, y cada uno dio su vida con su tiempo, escucha y dedicación para que las liturgias salieran perfectas a los ojos de Dios; y así, entre 8 jóvenes laicos, hicimos y sentimos viva a la Iglesia”.
Luisa Acevedo (alumna CSLA): “¡Fue una experiencia increíble! Nunca había tenido la oportunidad de escuchar a tantas personas hablar con una vocación y motivación tan comprometidos como lo hacían ellos!. Me gustó mucho escuchar a otras personas con puntos de vista muy distintos en lectio y poder conocer a otros tutores. Me marcó mucho los testimonios que dieron en el retiro y también me motivó a comprometerme más. “Pero sus ojos estaban incapacitados para reconocerlo” (Lc 24, 16).