Octubre 9, 2023 Noticias

Vísperas Generales

MES DE LA FAMILIA

Durante el mes de octubre, la Iglesia celebra el Mes de la Familia, por esto que las Vísperas Generales fueron un espacio especial para rezar por ellas y para volver a recordar su importancia en la vida de nuestra sociedad.

En la Comunidad San Benito nos comparten que en la reflexión se habló del gran misterio que es la familia, qué regalo tan grande para la vida de los hombres. Una escuela de vida y de fe, no solo para los hijos, que a través del testimonio de sus padres van descubriendo el amor de quién es El Padre, sino también para los padres, quienes tienen el don la apertura al amor y a la trascendencia a través de los frutos que son los hijos.

En la Comunidad San Lorenzo, Juanita Vallejos, promesada, y su marido Arturo Núñez, quien trabaja en CSL, dieron un testimonio de su vida de matrimonio. Eligieron la lectura de Hechos 12, 6-11, cuando el Ángel de Dios suelta las cadenas a Pedro y lo libera de la cárcel. Aquí va un breve extracto:

Juanita “Porque yo siento que Dios me ha ido liberando con Arturo de la desconfianza. Estaba encadenada en la culpa, en sentirme decepcionada con la vida. Arturo me enseñó la bondad y la alegría, a confiar en la gente. La vida con Arturo me ha enseñado a perdonar, pero más importante, él me ha enseñado a soltar mis trancas”.

Arturo “Yo también estaba en cadenas. Por todo lo que viví cuando chico, me resistía al amor. Juanita me enseñó a recibir amor y me enseñó también a amar. Me soltó de esas cadenas. Ser padre, marido, abuelo – tener una familia – me ha llenado de riquezas. Y doy gracias a Dios”.

En la Comunidad de San Anselmo, en un ambiente rodeado por las fotos de las familias anselminas, Ximena González, promesada, invitó a reflexionar sobre la familia en torno a tres conceptos: escuela, encuentro y esperanza. Una escuela donde se aprende a amar, un lugar de encuentro y esto es un ejercicio constante de amor y de esperanza: ”Las familias siempre tenemos crisis y, no hundirnos en ellas, depende mucho de la esperanza, de creer en que cada una de nuestras familias son un pensamiento y un plan muy querido de Dios. Y Dios no piensa en algo y lo deja solo, no crea sin luego cuidar. El plan de nuestra familia está pensado, querido y cuidado por Dios. Pongamos en Él nuestra esperanza, nuestros problemas y situaciones difíciles. Confiemos en Su presencia y su amor por nosotros. Repitamos en nuestras familias que “todo está bien”, porque estamos bajo el cuidado de Dios”.

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