El pasado lunes 1 se vivió la Resurrección de Cristo en las Vísperas Generales de cada comunidad manquehuina.
En la Comunidad Manquehuina de San Benito, con la participación de muchas comunidades de la Rama de Adultos y muchos jóvenes, en especial scouts que habían participado de las celebraciones de Semana Santa. En lugar de la reflexión se hizo lectio divina de la lectura del Domingo de Resurrección, con eco compartido, siendo ésta una verdadera proclamación de Cristo Vivo. Esa lectio fue guiada por Santiago Martínez (A14), quien invitó a detenerse un momento y “mirar el cirio del altar, esa llama encendida que da luz, que es guía, camino, Vida y fortaleza. Cirio pascual, como signo, hace visible algo invisible”. A preguntarse: “¿Qué signos de Resurrección has visto manifestados en tu vida? Y ¿De qué manera la lectura te ilumina a ver estos signos?”.
En la Comunidad de San Lorenzo, las Vísperas contaron con la presencia de Jonathan Perry, Responsable del Movimiento, y fue muy valorada. Vicente Tagle (B03), oblato, hizo un pequeño ensayo de coro con los elementos pascuales de la Liturgia. Mario Canales, oblato, hizo un anuncio de Pascua, en que invitó a ver la Resurrección de Cristo “no como un milagro como la de Lázaro y la de las otras personas que Jesús hace volver desde la muerte a la vida, pero a la misma vida que tenían y que, por lo tanto, van a volver a pasar por la muerte. La Resurrección de Jesús es un salto hacia adelante, rompiendo la barrera de la muerte. No es un milagro, es un misterio para rescatar a todos los hombres del poder de la muerte, para que vivan, desde ya, una vida nueva”.
En la Comunidad de San Anselmo, Cristóbal Valdés, oblato, en su reflexión: “Que no importa cómo uno siente que le llegó la Pascua, lo importante es que en verdad Cristo resucitó, vive y reina en nuestras vidas. Que, como dijo dom Leo en El Sauce, no es que al Evangelio según san Marcos le falte una página (porque las mujeres salen despavoridas del sepulcro y no le dicen nada a nadie) sino que la pluma del Espíritu Santo ha quedado como suspendida sobre la página de nuestros corazones, para escribir en estas tablas de carne la continuación de la vida de Cristo Resucitado”.