Son muchos los que han visto la célebre película de 1969 en la que Paul Newman interpreta al famoso bandido Butch Cassidy y Robert Redford a su compañero, el Sundance Kid. En ella, luego de ser perseguidos por la justicia de Estados Unidos, son alcanzados en Bolivia donde finalmente son ejecutados.
Sin embargo, fuentes históricas parecen indicar que ellos, sí es que fueron eliminados en Bolivia, no lo fueron a la ida, sino a la vuelta, luego de haber hecho su paso -lleno de atracos y fechorías- por el sur de Chile y Argentina, donde varios pobladores aseguran haberlos reconocido. Nacieron un sinnúmero de rumores y finalmente se creó una leyenda en torno a estos bandidos.
La leyenda dice que ellos no pudieron volver hasta Bolivia, sino que fueron asesinados en la Patagonia Chilena, y que su tumba, sin lápida, se encuentra en el cementerio de Mallín Grande, en un lugar con una hermosa vista hacia el Lago General Carrera, a unos 10 kilómetros de San José de Mallín Grande por la radial de la carretera Austral que conecta las localidades de Puerto Guadal y Chile Chico, bordeando la ribera sur del lago.
Robert LeRoy Parker “nació el 13 de abril de 1866 en Utah, Estados Unidos, en el seno de una familia mormona. Fue el mayor de trece hijos del matrimonio formado por Maximiliam Parker y Annes Gilles, que habían migrado de Inglaterra en 1850”[1]. Siendo muy joven, Robert admiraba a Mike Cassidy, un hábil vaquero y ladrón de caballos, que le enseñó todo sobre animales y manejo de armas. A los 18 años, Parker se fue de su casa y trabajó como carnicero (en Inglés Butcher), de dónde sacará más tarde su seudónimo de Butch Cassidy, también en honor a su maestro Mike. Comenzó sus primeras incursiones en el robo, para luego formar parte de la Wild Bunch, la “pandilla salvaje” donde había varios asesinos. Ahí conoce a Harry Alonzo Longabaugh, también llamado como el Sundance Kid. Con la ocasión del matrimonio de un miembro de la banda, se tomaron una fotografía que más tarde permitiría a sus persecutores identificarlos. La vida criminal de Butch, aumentó luego de su ingreso a la Wild Bunch, robando bancos, asaltando correos, estaciones y trenes.
Tal vez escapando de la justicia, tal vez buscando nuevos horizontes para sus fines criminales o simplemente para iniciar una nueva vida, Butch Cassidy y su compañero, el Sundance Kid, viajan a la Argentina. Se quedan algún tiempo en el Puerto de Buenos Aires y luego emigran a Cholila, donde intentan establecerse. Ahí continuaron cometiendo sus asaltos, como es el caso del famoso robo al banco de Río Gallegos.
Durante esos años la Patagonia chilena y argentina se encontraba repleta de bandidos y forajidos, muchos de ellos, aunque no todos, provenían de Estados Unidos y eran conocidos como los “norteamericanos”. Probablemente los más famosos eran los antiguos miembros de la Wild Bunch, aunque con certeza, no eran los únicos. La cantidad de desalmados rondando el territorio ha conseguido con los años multiplicar las hazañas de Butch Cassidy. Algunos de ellos fueron identificados como Gibbson y Wilson; o Santiago (James) Ryan y Enrique (Harry) Place; o George Low y Frank Smith; o William Wilson y Robert Evans; varios de ellos, nombres falsos de los mismos Butch y Sundance.
La Agencia de Detectives Pinkerton, había seguido los rastros de los bandidos desde Estados Unidos y publicó sus fotos en diferentes bancos del país vecino, lo que obligó a “Butch” a escapar a Bolivia cruzando por territorio chileno.
¿Habrán llegado a Bolivia? ¿Habrán muerto en Chile? ¿Estarán sus restos en el cementerio de Mallín Grande? Nunca lo sabremos.
“Dicen que, al escapar desde Chile Chico, descubrieron el Paso de las Llaves, y que cuando uno murió, lo enterraron al lado de una olla de fierro llena de libras esterlinas y que su socio iba a volver para rescatar el tesoro después”[2]. Algunos dicen haber visto la tumba, algunos aún siguen buscándola. Lo que también se dice es que, en el lugar donde debería estar esa tumba, “en las noches oscuras se prenden unas lucecitas medio verdosas por encima de los montes… tiene que ser el gasecito de la olla que se prende con el aire”[3].
[1] Gavirati, Marcelo, “Buscados en la Patagonia”, Editorial La Bitácora Patagónica, página 15.
[2] Elías, Felix, “Acuarelas del Baker”, 1997. Página 55.
[3] Ibid. Op. Cit. Página 55.
Foto: http://www.diariodecultura.com.ar/columnas/crucigrama-butch-cassidy/