Junio 3, 2018 Patagonia

CHAMAME

Hay elementos típicos que caracterizan cualquier celebración patagona: el asado al palo, el juego del truco, el mate, entre otros. El aspecto musical también tiene representaciones propias y, aunque heredadas del país vecino -como muchas otras cosas-, son expresiones que no pueden faltar en fiestas y celebraciones de Aysén. Cuando el acordeón y la guitarra comienzan a sonar de manera alegre y animada, y varias parejas se acercan al centro de la pista para iniciar la danza, quiere decir que empezó a sonar el chamamé, “una manifestación cultural​ que comprende un estilo de música y danza propios de la provincia de Corrientes en Argentina.”[1] Su origen no está claro, pero lo más aceptado es que proviene del pueblo guaraní.

La colonización de la región de Aysén trajo consigo la mezcla de culturas del sur de Chile y Argentina, provocando un sincretismo que dio pie a una cultura con muchos elementos heredados, que fueron cambiando para tomar una forma propia, aunque con orígenes claramente distinguibles. El chamamé, por ejemplo, si bien proviene del país vecino, adquirió en la Patagonia chilena elementos diferentes, puesto que en Argentina “… el varón agacha y cruza uno de sus pies por detrás del otro, en cambio, en nuestra zona, se ejecuta el paso a la inversa y los cuerpos de los bailarines mantienen una postura más erguida.”[2]

El chamemé es un baile alegre y en parejas, donde la mujer sigue al hombre, quien entre zapateos y pasos se mueve animado por la pista siguiendo la música. Explicar los pasos es complicado, si quieren saberlos en más detalle los invitamos a visitar: https://es.wikipedia.org/wiki/Chamam%C3%A9

Los invitamos a ver este video para que puedan conocer y apreciar este típico baile de la Patagonia.

 

 

[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Chamam%C3%A9

[2] Galindo Oyarzo, Leonel, Costumbres y tradiciones de Aysén continental (con especial atención en los fenómenos observados en la comuna de Coyhaique, en I Seminario Aysén Redescubre sus Raíces Cochrane 2003. Ril Editores, Cochrane, 2010. P 112.

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