“¿Se sirve pan con dulce?”, nada más típico que escuchar esta frase al ir de visita a cualquier casa de la región. Después del mate, el pan es un elemento vital, algo que no puede faltar, ya sea para la vida cotidiana o para acoger a quien pase a visitar. Está claro que no es algo único de Aysén, en todo Chile se hace pan amasado, pero quizás en lugares aislados y extremos como la Patagonia tiene un significado especial, ya que muchas veces -sobre todo hace algunos años atrás- era lo único que había, sin posibilidad de adquirir cualquier otra cosa para comer: la carne, las papas y el pan fueron -y aún siguen siendo- la dieta base de muchos ayseninos. Tanto así que la misma masa del pan se usa para hacer tortas fritas, que vienen a ser como las sopaipillas de la zona central, y que acompañan los asados de cordero.
Hay tantas maneras de hacer pan como personas. Aquí compartimos una de las tantas recetas que existen, y que nos compartió una de nuestras amigas.
Ingredientes
6 tazas de harina
3 cucharaditas (de té) de levadura
3 cucharaditas (de té) de sal
3 cucharaditas (de té) de azúcar)
Aceite
Agua tibia
Preparación
Poner la harina en un bowl, agregar la levadura, la sal y el azúcar y mezclar.
Echar el aceite vertiendo un chorro dando 2 vueltas a la harina.
Luego incorporar 2 ½ de agua tibia (debe estar a una temperatura que permita tocar la masa) y mezclar con las manos. Agregar más agua si la masa está seca, o más harina si se ve muy húmeda. Debe quedar blanda y suave, sin que se pegue en las manos.
Formar una pelota grande y dejar liudar en el bowl por al menos 2 horas en un lugar cálido y tapada con un paño para no se forme una costra.
Una vez que la masa haya subido, y aumentado su volumen, amasar por alrededor de 10 minutos, hasta que suene (el amasado no es obligatoria, se puede omitir). Luego cortar la masa y formar panes del tamaño que se quiera
Precalentar el horno a temperatura alta y hornear los panes hasta que estén dorados y livianos.