Mayo 16, 2017 Patagonia

La Guerra de Chile Chico

Tras casi 100 años en que se produjeron los hechos de la Guerra de Chile Chico y los sucesos del Lago Buenos Aires, hoy volvemos a recordarlos.

En una época en la que los límites con Argentina no estaban claros, fueron muchos los chilenos que se adentraron en el país vecino en busca de nuevas y mejores oportunidades de vida. Más tarde, el gobierno trasandino los obligó a volver a Chile, y al no encontrar tierras desocupadas más al norte, se fueron instalando en diferentes lugares de Aysén. También hubo trabajadores de las grandes estancias ganaderas -principalmente chilotes- que decidieron aventurarse e instalarse en nuevos campos, optando por una vida de ganaderos y agricultores independientes, poblando sectores que aún no habían sido pisados por el ser humano.

Uno de los pueblos que surgió gracias al empuje y esfuerzo de estos compatriotas fue Chile Chico, una colonia pastoril autónoma nombrada así en recuerdo del Chile grande que habían dejado. Uno de los primeros en instalarse en la ribera sur del Lago General Carrera (en esa época llamado Lago Buenos Aires), en la frontera con Argentina, fue Manuel Jara Burgos, que, tras algunos años en Argentina, se asentó en el valle inferior del río Jeinimeni. Pronto se le unieron parientes como Melquiades Rivera, su hermano Cantalicio, Pedro Burgos y su hijo Belarmino, Miguel Araneda, Manuel Vásquez, Juan Jiménez, Rosario Sepúlveda, Uberlindo y Santiago Fica, en otros.

Tras terminarse la concesión de la Compañía Baker, los colonos quisieron regularizar su ocupación de tierras, la que fue realizada, pero de forma muy precaria en 1914. Algunos años después, el Gobierno, decide arrendar estas tierras a Carlos Von Flack, quien intenta expulsar a los colonos, apoyado por el teniente de carabineros Leopoldo Miquel.

Los pobladores se reúnen en el campo de Cantalicio Jara y ante el temor de enfrentarse con los carabineros, deciden abandonar el lugar. Sin embargo fueron convencidos por José Antolín Silva Ormeño, poblador y fundador de la ciudad de Balmaceda, de quedarse en ese territorio y de luchar por él, ganándose el título de “Generalísimo de las fuerzas colonizadoras del sur”. Es así como comienza a armarse la resistencia y se organizan militarmente, mandando telegramas a diferentes autoridades hasta que son escuchados por Nolasco Cárdenas, diputado por Valdivia quien defiende sus intereses ante el Congreso.

Mientras tanto, las fuerzas policiales comienzan a quemar las casas de los colonos y castigan a quienes les ofrecen resistencia.  Los enfrentamientos duraron cerca de cinco meses y se produjeron  cuatro bajas, entre ellos tres carabineros.

Von Flack solicita ayuda al Gobierno argentino, que envía una tropa de 200 hombres “a luchar contra los cuatreros del Lago Buenos Aires”. Pero antes de intervenir, el capitán argentino descubre que se ha provocado una injusticia y que los pobladores son gente inocente. Otro poblador de Chile Chico, Belarmino Burgos, viaja a Buenos Aires, la capital argentina y consigue que el Presidente de la Nación, Hipólito Irigoyen informe al Gobierno chileno de la arbitrariedad que está ocurriendo en el sur de Chile. Gracias a esto y al éxito del diputado Cárdenas en el Congreso, se logra el retiro de las tropas chilenas de Chile Chico y la liberación de los prisioneros.

El presidente Sanfuentes anuló la subasta de 1917 en la que Von Flack se había hecho acreedor de ese territorio. Decretándose así la victoria para los colonos, quienes finalmente logran retornan a los campos que les pertenecen.

*Fotos: miembros de la resistencia, entre ellos, Cantalicio Jara y Santiago Fica

Bibliografía:

I Seminario “Aysén redescubre sus raíces”. Cochrane 2003, ponencia de Danka Ivanoff Wellmann.

Carrasco Muñoz, Baldemar.José Antolín Silva Ormeño: La imagen de un visionario.

Martinic, Mateo. De la Trapananda al Áysen. Pehuén Editores, 2005.

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