Hace ya varias semanas que veníamos preparando las celebraciones, retiros y actividades que nos permitirían vivir y celebrar el Triduo Pascual. La gran mayoría de las visitas llegó el martes 11 de abril, y con ello dimos inicio a la Semana Santa en San José.
Durante las mañanas del Jueves, Viernes y Sábado Santo, participamos de un retiro que nos permitió profundizar y comprender lo que celebramos, adentrándonos en el significado del amor fraterno, repasando el Vía Crucis y cada una de sus estaciones y despertando a la invitación de vivir la resurrección hoy en cada una de nuestras vidas.
Las celebraciones litúrgicas estuvieron marcadas por la alegría, la participación y entusiasmo de los jóvenes y el sentido de ser una comunidad que celebra y anuncia su fe. En la capilla de Mallín Grande realizamos la celebración de la Ultima Cena, compartiendo juntos el pan y el vino que cada miembro de la comunidad local y de la decanía habían llevado. Ese día terminamos rezando Completas en el huerto de San Beda, seguido por un tiempo de oración con Canto a lo Divino.
El viernes Santo, la casa Santa Hilda participó del Vía Crucis en Guadal, mientras que San Beda lo hizo en Mallín, donde hubo una gran participación de las familias del pueblo gracias a las actuaciones organizadas con los niños de la Escuela. En ambos pueblos se realizó Adoración de la Cruz dentro del mismo Vía Crucis.
Durante el sábado en la tarde, todos preparamos la celebración de la Vigilia y ágape Pascual en San José. Lecturas, iluminación, decoración, cantos y motivaciones fueron preparados por nosotros mismos, lo que le dio a la celebración un fuerte sentido de comunidad y fraternidad. Con gran gozo celebramos y cantamos, conscientes de estar viviendo la gran Fiesta, la que le da sentido a todo lo que hacemos y experimentamos. Este año, la Vigilia tuvo un elemento especial, ya que por primera vez participaron miembros de la comunidad cristiana de Mallín Grande: Don Valo y la señora Ana celebraron con nosotros la Vigilia y el ágape, lo que nos llenó de gran alegría.
Terminamos las celebraciones el domingo, con una misa de Resurrección y convivencia en Guadal, junto con la gente del pueblo y todos los que habían participado de los retiros en San José.
Tuvimos el regalo de contar con la presencia de Fr. Benedict Allin, monje de St. Louise que presidió todas las celebraciones litúrgicas, a excepción de la misa en Guadal, que fue presidida por el padre Porfirio. Le damos las gracias a Fr. Benedict por acompañarnos durante estos días, por su testimonio y amistad.