Todos los años, alrededor de mediados de noviembre, nos preparamos para colaborar y participar del trabajo de animales del campo. La presencia de las vacas en los potreros cercanos a las casas indica que ya se acerca la marcación y señalada de los terneros que acaban de nacer.
El viernes 11 de noviembre la faena comenzó temprano, y algunos miembros de la decanía se instalaron en los corrales durante todo el día para ayudar a mover a los animales en la manga y así vacunar y señalar a los terneros, hacer el asado y ayudar en lo que se pudiese necesitar.
El trabajo continuó el sábado, aunque esta vez la faena se convirtió en fiesta, asemejándose a lo que antiguamente eran estos eventos. Alrededor de 60 personas se congregaron en los corrales , familias completas mirando y animando a los apialadores que, por turnos en 2 grupos de 10, lazeaban a los vacunos para luego marcarlos con el signo del campo: el ancla.
Fue una verdadera festa, donde pudimos compartir con vecinos y amigos, rescatando una tradición del campo patagón. Estuvieron presentes miembros de la familia Cosmelli, vecinos de Guadal y de Mallín, el padre Porfirio, los gauchos que trabajan en el campo y todos los miembros de la decanía San José. Por supuesto no faltó el asado, las tortas fritas, el mate, el truco y la guitarra, todos elementos que nos hicieron conscientes de estar viviendo un evento cultural importante, con un valor único, una tradición que es fundamental proteger, rescatar y transmitir.