¿Cómo nace el Movimiento?
A comienzos de la década de los ‘70 nuestro fundador, José Manuel Eguiguren, pasó por una profunda crisis personal, de la que pudo salir gracias a la acogida y acompañamiento de un monje benedictino.
Este monje le enseñó a escuchar la Palabra de Dios contenida en la Sagrada Escritura y a encontrarse en ella con la persona de Jesucristo vivo que habla a cada uno en particular; el proceso duró varios años.
En 1976 José Manuel se vio a cargo del proceso de Confirmación de un grupo de alumnos del último año del Colegio de los Sagrados Corazones de Manquehue. Con ellos replicó la experiencia que había tenido con el monje.
La vivencia del encuentro con Cristo en la Palabra y de la amistad espiritual llevó a algunos de estos jóvenes a – una vez confirmados – querer continuar juntos con él, estableciendo una comunidad de lectio divina compartida con una misión en común.
El Movimiento se fundó el 29 de mayo de 1977, fecha de la primera reunión del grupo.
¿Por qué se llama Movimiento Apostólico Manquehue?
Este nombre se explica porque sus miembros somos hombres y mujeres de todas las edades que, convocados por el Espíritu, se ponen en movimiento siguiendo a Cristo. Es apostólico porque pretende acercar a Cristo y a la Iglesia a cuantos participan o se ven afectados por su acción. El nombre Manquehue es el de un cerro a cuyos pies está el Colegio donde nació, y que en lengua indígena significa “lugar de cóndores”.
¿Qué vínculo tiene con la Iglesia Católica?
Desde sus inicios ha sido fundamental para nuestra comunidad buscar la comunión con Iglesia Universal: con el Santo Padre, con todos los obispos, con los diferentes carismas y estados de vida dentro de la Iglesia, es decir, con todo el Pueblo de Dios.
Esta comunión la encontramos a través del obispo diocesano, y se expresa en la escucha atenta del Magisterio de la Iglesia y de las orientaciones del obispo y mediante nuestra participación en las distintas instancias diocesanas.
Buscamos vivir el criterio que nos fue entregado por el Cardenal Raúl Silva Henríquez: “unidad en lo fundamental, diversidad en lo accidental, y en todo caridad”.
¿Qué son los oblatos?
Los oblatos son aquellos miembros del Movimiento que han tomado un compromiso de por vida. Ellos han descubierto que Dios los llama a vivir en plenitud su Bautismo en este camino particular.
Los oblatos desarrollan su trabajo o apostolado al interior del Movimiento, porque esto les permite vivir todos los demás pilares de nuestra comunidad: lectio divina, vida comunitaria y liturgia de las horas.
¿Cómo puedo participar?
Cuando una persona quiere formar parte del Movimiento generalmente comienza integrándose a un grupo de lectio divina compartida. Lo esencial de estos grupos es la proclamación de la Palabra y el compartir lo que el Señor le dice a cada uno a través de ella.
¿Qué relación tiene con los monasterios benedictinos?
Somos benedictinos porque encontramos en la Regla de San Benito como guía práctica para la organización de la comunidad, de manera que todos juntos podamos vivir plenamente nuestro Bautismo.
Por eso para nosotros, desde nuestros orígenes, ha sido de suma importancia la interacción con los monasterios que siguen la Regla de san Benito, porque los miramos como a “hermanos mayores” en la vocación.
En los inicios y a lo largo de todos estos años hemos mantenido un permanente contacto con la Abadía de Las Condes.
En 1981 se empezó una relación de amistad con la Abadía inglesa de San Lorenzo de Ampleforth que se ha plasmado en un intenso intercambio espiritual entre ambas comunidades, llamándose mutuamente confraters, término que quiere expresar la cercanía de esta relación de mutua colaboración y de profunda comunión.
¿Cuáles son los pilares de nuestra comunidad?
Son cuatro pilares: la escucha de la Palabra de Dios en la lectio divina, la vida comunitaria organizada según la Regla de san Benito, la celebración de la liturgia de las horas y el trabajo corporativo.
¿Cuál es el principal trabajo de los miembros del Movimiento?
Aunque en el Movimiento hemos desarrollado distintos tipos trabajos u oficios, el principal de ellos es la educación, el trabajo en nuestros colegios: San Benito, San Lorenzo y San Anselmo. A ello se suman las casas de formación San José (en la Patagonia chilena) y nuestras comunidades trabajando en los Colegios de Ampleforth y Downside (Reino Unido).