Este año la Rama Adultos del Movimiento tiene mucho que agradecer a Dios por todos los frutos de amor de los que hemos sido testigos y protagonistas. Agradecemos haber podido llevar la Palabra de Dios a un grupo de mujeres de la Capilla de San José de Lo Pinto, quienes aprendieron a hacer Lectio Divina. Para ello contamos con el servicio permanente de 9 integrantes de GLA quienes se turnaban semana a semana.
También el Taller de Artesanos Ora et Labora, pusieron al servicio de los demás sus manos y oración. Entregaron 20 frazadas a un grupo de haitianos como regalo de navidad. A la Hospedería Santa Francisca Romana entregaron 35 rosarios, mantel para el altar, 20 toallas con aplicación y muchos altares para distintas actividades misioneras.
Otros GLA también salieron a servir en distintas necesidades de nuestro entorno, como la reparación de la Capilla de San Vicente de Lo Arcaya por parte de las comunidades: Santa Teresa de Jesús y San Expedito, a la cual se unió el curso II B quienes arreglaron todas las bancas de dicha Capilla.
Por todo eso y por las infinitas manifestaciones del paso de Dios por nuestras vidas podemos decir alegres: “¡Sí, grandes cosas ha hecho el Señor, y estamos alegres!”
Testimonio de mi experiencia en la misión del grupo de lectio en la capilla San José de Lo Pinto.
Este es el segundo año que participo junto con Vero Rojas, encargada de la comunidad Santa Faustina a la que pertenezco hace 5 años , como monitoras de este grupo en el que nos vamos rotando y nos toca ir una vez al mes. Allá nos encontramos con un grupo de mujeres vecinas del lugar; cada vez que vamos es una sorpresa ver que llegan a veces 2, 3 o más. En invierno ya de noche a las 8, con frío en una capilla que es pequeña y bien acogedora se siente el calor y el cariño que recibimos en cada oportunidad.
Al principio nosotras como mediadoras hacemos y tratamos de “transmitir” como hacer lectio divina y es increíble vivenciar como Dios se hace presente y nos habla a través de la palabra viva a cada una en esta comunidad. Al principio costó un poco hasta que todas hicieron el click que no era interpretar la lectura que nos tocaba, sino que era lo que verdaderamente Jesús nos quería decir, inclinar el oído al corazón. Los frutos que hoy se nos presentan son muy lindos.
Es un gran regalo hacer oración de esta manera y estoy super agradecida en haber tenido la oportunidad de poder transmitir este maravilloso regalo a otras personas.
María Eugenia Kysilka Aust