Bajo el título: “La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios” (Rm 8,19), el Papa en su mensaje para la Cuaresma de este año, nos anuncia que Dios “concede a sus hijos anhelar, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios”.
“De este modo podemos caminar, de Pascua en Pascua, hacia el cumplimiento de aquella salvación que ya hemos recibido gracias al misterio pascual de Cristo” (Párrafo 1).
Como san Benito en su Regla (cf. RB 49), el Papa nos invita a vivir este tiempo de Cuaresma como un tiempo de gozo espiritual porque vamos dejando aparecer al Cristo, el hijo de Dios, que vive en cada uno de nosotros, presencia que Él conquistó con su Pascua, que es la fuente de la alegría verdadera.
La plenitud de la redención de toda la creación pasa porque cada uno de nosotros vivamos en plenitud esta nuestra realidad de hijos. “Este misterio de salvación, que ya obra en nosotros durante la vida terrena, es un proceso dinámico que incluye también a la historia y a toda la creación” (Párrafo 2).
La Cuaresma es signo sacramental de la conversión a la que estamos llamados constantemente todos los cristianos, a fin de encarnar más concretamente el misterio pascual en la vida personal, familiar y social.
Es una manifestación del amor de Dios el regalo de poder vivir juntos en comunidad la Cuaresma
completa. Aprovechemos este don y con un gozo lleno de anhelo espiritual esperemos la santa
Pascua. (cf RB, 49, 7).
EN CUARESMA, ¡VIVAMOS EN LA LIBERTAD DE LOS HIJOS DE DIOS!
(CF RM 8, 21)