Durante la Semana Santa se realizaron muchas actividades y celebraciones en los distintos colegios del Movimiento. Cada Decanía organizó sus propias actividades, pero se matuvieron las principales ceremonias, la Misa de la Cena del Señor, la Celebración de la Pasión del Señor y la Solemne Vigilia Pascual como instancia de reunión de todos los miembros del Movimiento.
Comenzamos el Jueves Santo con la celebración de la Misa de la Cena del Señor en el colegio San Anselmo, que continuó con la Adoración al Santísimo y rueda de Canto a lo Divino.
El Viernes Santo empezamos con Laudes y luego hubo 2 actividades: Una salida de servicio familiar, en la que se llevó un desayuno pascual a las familias del sector de Las Canteras y se compartió la Palabra del Señor. Y la otra actividad fue una mañana de reflexión que comenzó con una charla de Consuelo Verdugo, “Con Cristo estoy crucificado”
Luego, a las 15:00 hrs. celebramos la Pasión del Señor en el colegio San Lorenzo y terminamos el día con el Vía Crucis en nuestro colegio.
El Sábado Santo también comenzamos con Laudes y continuamos con dos actividades paralelas: Una peregrinación al cerro en familia y una reflexión a partir de una charla dad por José Miguel Navarro.
A continuación dos testimonios de quienes participaron en la Semana Santa
Francisca Reyes:
“Doy gracias al movimiento por entregarme la oportunidad, en estos retiros, de poder abrirme a una nueva realidad del Triduo Pascual y digo nueva porque para mí la Semana Santa es sinónimo de dolor. Me abrió a la realidad de una Cruz no como un instrumento de dolor y agonía, sino que a verla con una mirada llena de gozo y alegría, ya que es a través de ella que Cristo me regaló la vida y me regala una vida nueva cada día. Me invita a no empatizar con lo que sufrió en la Pasion, porque Él ya se llevó todos mis dolores y pecados y quiere que no me quede pegada ahí, sino que mi atención y mirada esté en aquello por lo cual Él vino, a vencer la muerte y mi pecado, dejando al “hombre viejo” y a que resucite, junto a Él, al “hombre nuevo”. Es por eso que es un Triduo que se vive con alegria, agradecimiento, mucha fe y esperanza. Con una mirada que me da la fuerza para poder tomar mi cruz, sin querer evitarla, al igual que Cristo lo hizo y con ella alcanzar la vida Eterna.”
Catalina Valdés:
“Fuimos a las canteras a visitar las casas del sector, recordando lo qué pasó el día viernes santo, leyendo el Evangelio, dandoles la buena noticia y les dejamos una bolsa con un desayuno Pascual para que compartieran en familia.
Fue una instancia muy linda de encuentro con Dios en el más necesitado, dándonos la oportunidad de entregarles la esperanzadora noticia de que con su muerte Jesús se lleva nuestras penas y sufrimientos, que es necesario morir para resucitar”