Testimonio Experiencia en San José

José Luis Lobos, apoderado San Anselmo y miembro de comunidad de matrimonios de lectio, comparte su testimonio:


“El retiro en San José fue un regalo hermoso e inesperado. Apenas recibí la invitación, sabía que debía aceptar, a pesar de que uno se inventa excusas como la alta carga laboral. Pero Dios sabe cómo obra las cosas y poco a poco los caminos se fueron abriendo y no había excusas, estaba siendo llamado a vivir esta experiencia.

San José es un lugar mágico, la naturaleza, el lago, el aíre, la inmensidad que tiene hace que sea un lugar ideal para realizar un retiro, encontrarse, orar, meditar, vivir con todo la experiencia. Estar en lugar muy apartado, sin conexión a celular, viviendo el día y contemplando la naturaleza, hace que uno se desconecté apenas llegas al lugar y realmente puedas calmar tu mente y vivir con todo lo experiencia.

Junto con ello, el grupo que nos tocó fue fabuloso. Fuimos 12 apoderados más el apoyo de Roberto Quiroga y Pablo Rosenbaum, quienes vivimos juntos la experiencia, armamos una comunidad, vivimos la liturgia de las horas, hicimos lectio, reflexionamos, oramos y siento que fuimos uno solo, tal como lo dice San Pablo en la epístola a los Romanos “…aunque somos muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo: los unos somos miembros para los otros…”. A lo anterior se le une escuchar la experiencia de vida de los oblatos que viven en San José. Realmente son un ejemplo de entrega y servicio hacia todos los que realizan retiros o experiencia. Su conversación franca, siempre dispuestos fue realmente un regalo de Dios.

La experiencia se disfruta y se vive. En mi caso me sirvió para bajar las revoluciones, encontrar equilibrio, reflexionar que es lo que el Señor quiere de mí. El poder aprender a rezar con las liturgias de las horas y profundizar en la lectio, trabajar en las tareas que nos designaran, rezar y meditar entre medio de bosque nativos, de un cielo estrellado maravilloso, sintiendo el viento, el frío, o entre medio de la lluvia, fue realmente un regalo del Señor.

El lema del retiro estaba sacado del libro del profeta Isaías “No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tu eres mío”, y en mi caso yo sentí realmente que estaba siendo llamado, era el momento de reencontrarme, pensar en mí y en lo que viene hacia adelante, en buscar el equilibrio, dar un remezón para nuevamente escuchar al Señor.

Vivir y compartir la experiencia es algo que no se olvida. El que todos apoyásemos las labores del resto, independiente del turno que uno tuviese, las largas conversas y reflexiones que teníamos por las noches, el salir a pequeños trecking y encontrarse con bosques milenarios, ciervos, vistas imponentes, hacen que realmente el retiro haya sido un tiempo pleno. Repetiría muchas veces más esta oportunidad.

No puedo más que agradecer la invitación. Agradecer a los organizadores, en especial al equipo de pastoral del colegio que se preocuparon del más mínimo detalle, como por ejemplo en tener un mensaje de la familia de unos de los participantes que estuvo de cumpleaños, o llegar al oratorio y encontrarnos con una foto de cada una de nuestras familias.

Ahora nos queda una tarea importante, entregar el mensaje de esta hermosa experiencia que vivimos. Realmente sentimos el amor de Dios, saber que realmente Él nos amo primero. Ahora a nosotros solo nos queda “ponernos a caminar” y recordar siempre a que prometimos renunciar y la forma que vamos a enfrentar nuestros próximos desafíos”.