Bajo este lema, entre los días 13 y el 17 de mayo, se llevó a cabo la quinta versión del Encuentro de Educadores Benedictinos de Latinoamérica y el Caribe, Benet Lac 2025.
El Encuentro tuvo lugar en Envigado, Medellín, Colombia, reuniendo educadores de México, Colombia, Argentina, Guatemala, Brasil y Chile, quienes reflexionaron sobre el rol y el desafío de ser educadores benedictinos, compartieron experiencias y buenas prácticas educativas a la luz del legado de san Benito.
Manquehue ha sido parte de Benet desde su primera versión mundial, en 1999, y también de los Benet en su versión latinoamericana, que en 2012 se llevó a cabo en el Colegio san Anselmo.
A Benet Lac Colombia viajó una delegación de los colegios San Anselmo, San Benito y San Lorenzo, además de integrantes del Centro Educacional Manquehue. Tuvieron la oportunidad de compartir con educadores laicos, monjes y sacerdotes, en la oración, la lectio divina y conferencias, paneles y talleres, donde reflexionaron y analizaron los retos que enfrenta la educación benedictina.
Margarita Crespo (B92), quien trabaja en la CEM, comparte: “Para mí, tras trabajar 18 años en la red de colegios de Manquehue tratando de hacer vida la sabiduría educativa de la Regla de San Benito en nuestros colegios, fue un inmenso paso de Dios por mi vida poder asistir a este encuentro. Fueron días de encuentro en el sentido más profundo y completo de la palabra. Días de acogida y delicadeza de parte de la comunidad escolar y monástica para atender a cada detalle y necesidad que podíamos tener. Días de profunda alegría compartida, de una íntima experiencia del amor de Dios y de testimonio mutuo de fe, que forjó lazos entre quienes participamos en el Encuentro. Tanto la comunidad escolar como el abad y los monjes nos dieron un testimonio muy potente de acogida y generosidad al abrirnos las puertas de su claustro y compartir su cotidianidad con nosotros. Compartieron con nosotros la exhuberancia de su naturaleza y de su personalidad, su alegría de vivir y las lecciones de la dolorosa y a la vez esperanzadora historia de su ciudad. Volví con el corazón ensanchado, como dice San Benito. Infinitas gracias”.