El jueves 27 se realizó el último Capítulo de oblatos y promesados en la Comunidad Manquehuina de San Anselmo, centrado en el carisma eclesial del Movimiento. Fue una oportunidad de encontrarse en comunidad, con la participación de las nuevas promesadas, comenzando con la oración de Hora Intermedia. Luego un almuerzo en grupos, compartiendo la experiencia de Iglesia de cada uno.
Carmen Larraín, oblata, hizo una reflexión sobre la experiencia de Iglesia como un camino que parte el día del Bautismo, subrayando el rol fundamental de la familia como primera Iglesia doméstica, donde surgen las primeras expresiones de fe. También puso énfasis en la vocación particular de los laicos benedictinos, sostenida en pilares como la lectio divina, la comunidad, la Liturgia de las Horas y los diversos apostolados. Resaltó la importancia de la comunión con la Iglesia Universal a través del Obispo y la inserción en la vida de la propia Iglesia particular, “comunión afectiva, que nos conozcamos, buscamos relacionarnos con el Obispo local, los invitamos, los escuchamos, seguimos sus Orientaciones Pastorales”. Nos unimos también en la participación en diferentes instancias en que nuestros pastores locales nos convocan: “ocasiones donde experimentamos la riqueza de la Iglesia, la variedad de carismas y de dones del Espíritu que militan para un mismo Señor, siendo signo, sacramento del cuerpo de Cristo en la tierra”.
Luego, en grupos, se leyeron extractos de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium, del Concilio Vaticano II.
Finalizó Jonathan Perry, Responsable del Movimiento, quien motivó a leer completa la constitución dogmática Lumen Gentium, “para entender la teología de la Iglesia que los padres conciliares quisieron darnos para estos tiempos, inspirándose en la Palabra de Dios y los Padres de la Iglesia”. Animó “a vivir toda nuestra vida en la Iglesia desde el amor, que es el corazón de la Iglesia, como lo propone san Pablo en el himno de la caridad (1Co 13). Este himno está entre dos capítulos que hablan netamente sobre la Iglesia, sobre ser miembros de un cuerpo y sobre los dones carismáticos. Estamos llamados a vivir nuestra eclesialidad siguiendo la fuerza del llamado de Pablo, “para el crecimiento y edificación del cuerpo en el amor” (cf Ef 4, 16)”. Invitó a rezar por el papa León, por su viaje a Turquía el fin de semana, en el que tendrá un encuentro ecuménico con el Patriarca Ortodoxo de Constantinopla para firmar una declaración este sábado, conmemorando los 1700 años del primer concilio ecuménico en Nicea, donde se definió el Credo que todos conocemos hoy en día. Recemos por la unión de la Iglesia”.