El sábado 12 de octubre se celebró la tradicional fiesta de San José, encuentro que anualmente se realiza en la Comunidad de San José para reunir a los vecinos y amigos. Desde allá nos cuentan: “Un día fraterno, de paz y mucha alegría pudimos vivir el sábado 12 de octubre en San José. Amigos y vecinos de Guadal y de Mallín Grande nos juntamos en el lugar de asados del Monasterio para celebrar la Fiesta de la Comunidad San José. Las actividades empezaron cerca del mediodía con la oración de la Hora Intermedia, que contó con un espacio para compartir un eco de la lectura breve, seguidas por una emocionante acción de gracias en la que cada asistente tuvo la oportunidad de agradecer en voz alta al Señor por su generosidad y por las manifestaciones de su amor.
Luego de unas décimas de bendición de los alimentos, leídas por nuestros formandos, se dio el ¡vamos al asado! Comida, juegos de preguntas y rifas se fueron entreverando hasta llegar al momento más esperado por muchos: la gymkana: carreras de sacos, correr con una papa en la cuchara, a pies juntos, con neumáticos, tejidos, lacear, cachipún y gato fueron dando la pauta a este entretenido juego. Las actividades terminaron con música en vivo y bailes. Todos estábamos felices por el precioso día vivido que nos regaló el Creador y por la posibilidad de reunirnos todos juntos en torno a la fe”.
Algunos de los asistentes nos comparten:
Francisco Vio, del Huerto Cuatro Estaciones: “Fue una jornada muy linda, donde los vecinos asistimos a la celebración convocada por San José. Se puso en valor la comunidad con las lindas palabras de los chicos, los vecinos sacaron sus instrumentos, como el acordeón y la guitarra, cantaron, comieron, bailaron y después fuimos niños un rato en la gymkana que organizó Javier. Lo pasamos súper bien y nos volvimos a la casa agradecidos de que la comunidad de San José haga este tipo de actividades que enriquecen muchísimo la vida en Mallín y Guadal”.
Raimundo Salamé (B22), Formando San Beda: “¡Qué regalo de Dios poder estar acá! Fue mi primer pensamiento al momento de inicio de esta gran fiesta de San José que celebramos el fin de semana. El poder estar presente en esta celebración fue un regalo y un avance inmenso para mí en esta experiencia de mis cuatro meses. Fue una instancia donde pude conocer, disfrutar, recrearme y agradecer a Dios por el poder haber vivido y el formar parte de esta gran e increíble fiesta. La llegada de las personas de Mallín y Guadal fueron el alma del evento en donde nos ayudaron a mí y a las comunidades de las casas San Beda y Santa Hilda a aprovechar cada actividad al máximo dando la vida y sirviendo con las mayores ganas posibles. Yo no puedo más que estar agradecido por esta increíble instancia vivida, la cual quedará marcada en mí y me acompañará hasta el fin de mi viaje”.
Eduardo Saigg, vecino y amigo de Guadal: “Fue muy interesante, algo muy bonito y armónico. Me recordó mucho lo que se hacía antes con la gente de Guadal, que se juntaba y compartía sanamente. Además, lo hicieron más armónico aún con los juegos y entretenciones, hasta los niños tuvieron su tiempo de esparcimiento. Quiero agradecer por la oportunidad que me dieron de estar en San José, compartir, reunirnos, conversar y disfrutar de los asados. Ojalá que se vuelva a repetir, y poder tener la oportunidad de compartir nuevamente en esta instancia tan bonita que llevaron a cabo”.