Este 18 se celebró en comunidad, en la calle, junto a las huéspedes, vecinos y hermanos que viven en situación de calle. Fue una fiesta llena de música, empanadas, risas y esperanza. Gracias a los voluntarios y familias de San Lorenzo que hicieron posible este encuentro, recordando que las verdaderas fiestas se viven compartiendo, acogiendo y celebrando la vida en fraternidad. “Porque cuando nos reunimos en torno a la mesa, nadie queda fuera”.