Arbusto caduco con flores de vivos colores, de la familia de las fucsias, el chilco es el más resistente al frío todas otras especias de este grupo. También es conocido como bailarina o pendiente de la reina por la forma colgante de sus flores. El chilco -o fucsia magallánica- es un arbusto nativo de Argentina y de nuestro país, pudiéndolo encontrar desde la región de Valparaíso hasta Magallanes, aunque es más abundante desde Llanquihue hacia el sur. Crece cerca de fuentes de agua o en lugares húmedos, de ahí su nombre: “chil-ko” que en mapudungún, significa “el que nace cerca del agua”. Prefiere lugares con semi sombra, “suelos húmedos, neutros o ácidos, ricos en materia orgánica, pero con buen drenaje y humedad atmosférica. Prefiere luminosidad media y crece mejor en semisombra o donde reciba sol por la mañana.”[1]
Sus flores en forma de campana se mantienen firmes en sus ramas hasta principios del otoño, lo que la convierte en alimento esencial para los insectos y pájaros recolectores que se abastecen para el invierno. Además, el chilco, por ser “…es un gran poblador. Inmediatamente genera un suelo vegetal a su alrededor, rico en materia, hojas y flores marchitas, que crean un manto orgánico, reteniendo el agua y dando un puntapié “colonizador” a cualquier semilla que caiga en sus fauces. Ésta, de seguro, encontrará prosperidad. Lo mismo pasa bajo tierra, y cercano a cursos de agua. Las raíces del chilco retienen y envuelven piedrecillas, arena y palitos, formando nidos bajo el agua. Estos nidos a su vez atrapan flores, hojas, cortezas y ramitas, creando nuevamente un sustrato que mantendrá un pequeño sistema y refugio de vida. Esta vez, sumergido.”[2]
Es utilizada como planta ornamental, como “yuyo” para las molestias propias de la menstruación, el control de la fiebre y como diurético y para el tinte natural de lanas.
[1] https://www.minsal.cl/portal/url/item/7d983cf52cf08bd6e04001011e011da0.pdf
[2] https://laderasur.com/articulo/el-chilco-y-sus-singulares-beneficios-para-la-naturaleza/