Entrevista a María Cancino, mamá de María Paz Riveros (L03) que hoy se encuentra viviendo la experiencia de cuatro meses en San José.
¿Cómo fue la decisión de Pachi de ir a San José?
La Pachi estaba decidida y contenta por haber tomado la decisión de volver, ya que su experiencia de diez días fue importante y enriquecedora para ella. Cuando eligió volver la vi feliz en su decisión, a lo que a mí como mamá me tocó apoyarla.
¿Cómo han vivido como familia este tiempo?
Nos ha ido mandando cartas y regalos hechos por ella, y cada dos semanas hablamos por teléfono. Ha sido bien interesante intuir lo que está viviendo. Me mandó una piedra con la pintura de la Virgen y también una pintura del paisaje, hechas por ella. Los domingos, cuando le toca llamar, nos reunimos para esperar su llamada todos juntos. Nos ha unido más de lo que ya éramos. Las veces que hemos hablado comparte que está muy feliz y yo, al mismo tiempo, voy experimentando esa felicidad que logra transmitir.
¿Cómo crees que la ha ayudado la experiencia?
La ha ayudado a madurar, se ha atrevido a compartirnos aspectos espirituales que ha ido aprendiendo y descubriendo en el día a día, y también su debilidad en la mañana donde le cuesta levantarse, llegando tarde a la oración con la que inician el día. Nos contó que aprendió a lacear vacas, hacer torta frita y torta de merengue con frambuesa, así que esperamos que llegue porque dijo que nos prepararía la torta. Nos comparte que le gustan las caminatas y que va muy contenta a las Liturgia de los pueblos los domingos. Ha sido importante para ella la relación que tiene con los vecinos porque ha tenido el regalo de conocerlos, y para qué decir con los niños, a quienes le ha tocado preparar para los sacramentos junto al resto de la comunidad.
¿Algo que te llame la atención?
Me tiene emocionada y me hace conectarme también a la experiencia cada vez que me dice que le pida lo que necesite, para ella ponerlo en sus oraciones, haciéndome volver a Dios. He aprendido, como mamá, a soltar y confiar. Era muy aprensiva y ella me ha ido infundiendo la confianza en Dios, que Él está con ella. Se me ha hecho largo, pero cuando la escucho me quedo tranquila porque sé que está feliz. Si lo estuviera pasando mal ya la hubiese ido a buscar, no sé cómo, pero hubiese llegado. La verdad es que la siento tan contenta que para mí es más llevadero. Pasó su cumpleaños allá y estaba muy contenta, fue un cumpleaños distinto para ambas, pero al soltarla siento que también maduré. He estado viviendo aquel versículo que me escribió en la pintura del paisaje “porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6, 21).
¿Algún mensaje que quieras compartir?
Si bien no he tenido el regalo de ir a San José, creo que es un lugar importante por lo que la Pachi ha compartido, e invitaría a las jóvenes que si tienen la oportunidad de ir, que aprovechen. Yo sólo he oído gozo y felicidad, vayan por eso. Y a los papás, apoyen a sus hijos, sobre todo si ellos lo están buscando. Es un bien mayor que no se puede limitar por nuestras aprensiones como papás, que de todas maneras todos tenemos de una u otra manera.