Junio 8, 2016 Noticias

Retiro Promesados: “Mira que hago nuevas todas las cosas”

Bajo este lema se realizó del 3 al 5 de junio en el Centro de Espiritualidad Lo Cañas, el Retiro de Promesados Estables, al que asistieron 55 promesados de las tres decanías. Allí, cobijados bajo la tormenta, a través de tres bloques: Despejar, Encuentro y Agradecer pudimos ir formándonos en la Lectio renovada e ir haciendo comunidad entre todos. Así nos describen algunos de los participantes:

Ricardo Edwards, decanía San Benito: “Maravilloso en todo sentido, es la conclusión que me queda del Retiro de Promesados de este año. En un fin de semana en que todo parecía invitar a quedarse tranquilo disfrutando de la lluvia; el lema del retiro (“Mira que hago nuevas todas las cosas”) desde nuestra llegada comienza a respirarse, no obstante el frio. Fui DESPEJADO y DESPOJADO de lo visible, lo efímero y pasajero, instándome a poner los ojos en lo invisible, en lo eterno y recuperar la confianza en Dios a través de un verdadero cambio de mentalidad. Logré, DESPEJAR LA MENTE sin distraerme en los espejismos de felicidad, creados por mí, que me agobiaban. Pude ver cómo, sin quererlo, había ido excluyendo a Dios, en muchos aspectos de mi vida, no permitiendo que Cristo, que vive en mí, tomara el control de todas esas cosas. Logré soltar amarras viendo la realidad del mundo con los ojos de Jesucristo, reconociendo que para mí Dios es todo en todo. ENCONTRÉ un Dios con cientos de atributos y pleno de un amor eterno en quien puedo confiar plenamente, pues en Él todo está bien. “El Señor es mi Pastor, nada me falta” Finalmente reaprendí a hacer Lectio Divina centrando el eco más en la palabra que en mí, procurando siempre un encuentro con Jesucristo ya que Jesucristo está en su Palabra, en las Escrituras”.

Marie Rolin, decanía del San Lorenzo: “Fui testigo de cómo Cristo Resucitado me llevó desde mis rebeldías y quejas al gozo de la acción de su Palabra en mi vida. Y es así que recorriendo ese camino, fui volviendo a la alegría del primer encuentro, del primer amor, miré mi vida a la luz de la Palabra para dejarme iluminar por Ella y vivir en la serena certeza que todo está bien. Que todo lo que pienso, Dios ya lo está haciendo perfectamente y que estoy llamada a sumarme”.

Paula Millán, decanía San Anselmo: “Volví renovada, con una alegría inmensa en el corazón por haber experimentado muy fuertemente el amor gratuito y misericordioso de Dios. Realmente el Señor hace nueva todas las cosas, creo que Él puede ir cambiando mi mirada para dejar que actúe desde el Cristo que vive en mí, sólo necesito querer buscarlo, querer “perder el tiempo” con Él. Y sé que es esto se cumple “me buscaréis y me encontraréis cuando me solicitéis de todo corazón” Jr 29,13. Me quedo con la invitación a buscar su rostro, con la promesa del salmo 33 “Los que me miran quedarán radiantes”.

 

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