Celebramos la Vigilia de Pentecostés en un ambiente de reflexión, alegría y esperanza, en un lugar decorado y arreglado con mucho cuidado y cariño. La Misa con una Liturgia llena de signos, como la liturgia de la luz, simbolizando la presencia del Espíritu Santo como guía y luz interior, que se encendió desde el cirio pascual, iluminado toda la celebración.
Una liturgia de la Palabra incluyendo lecturas del Antiguo y Nuevo Testamento, que nos muestran cómo Dios ha intervenido a lo largo de la historia para salvar y guiar a su pueblo, culminando con el relato de Pentecostés que describe el descenso del Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego sobre los apóstoles y María.
Los cantos y antífonas invocando al Espíritu Santo, que ayudaron a abrirse a Su guía y a la renovación de nuestra vida de fe en la diversidad y unidad de la Iglesia. Al finalizar se apagó el cirio pascual, con todos los presentes saliendo al lugar del ágape con las velas encendidas con la luz del Espíritu, renovados y transformados para ser testigos del Evangelio en el mundo de hoy.
Algunas de las personas que colaboraron en la celebración:
Emilia Uribe (A20), promesada, quien estuvo a cargo del coro: “Recientemente organicé el coro de Pentecostés, una fecha muy emocionante para mí, donde espero con ansias la llegada del Espíritu de Dios en el mundo. Hacer los coros siempre es un gran servicio; incluye mucha preparación previa, cambios de planes, una cuota de estrés y adrenalina en el momento de la misa, sin embargo, es un servicio que me llena el corazón. Es muy importante para mí, justo antes de partir una misa, ofrecerle a Dios el coro como oración. Este año, la preparación para la misa de Pentecostés fue intensa, habíamos hecho hace poco el coro de Semana Santa, así que teníamos una mezcla de cansancio, con anhelo de hacer un trabajo digno de la venida del Espíritu Santo. Hemos ido consolidando un equipo firme, celoso por la belleza de la música y nos hemos ido haciendo muy amigos desde la oración. Nuestro gran eco comunitario ha sido que la gente se nos ha acercado a decirnos que la música los ha ayudado a entrar en oración. Ese es nuestro objetivo: que nuestra música sea un instrumento para rezar”.
Macarena Santa María, promesada, y Rut Maldonado, de la Comunidad San Expedito: “Nos encomendaron organizar el Ágape de Pentecostés y, con mucho cariño y entusiasmo, quisimos reflejar con flores y un rico picoteo la alegría de celebrar la venida del Espíritu Santo. Nos reunimos un gran número de mujeres felices de ayudar, con nuestro tiempo, para que pudiéramos disfrutar de este gran evento junto a la Comunidad de Manquehue”.
Francisca Amenábar y Paulina Fuenzalida, de la comunidad Santo Tomás Apóstol: “Cuando nos ofrecimos para decorar las mesas de la celebración de Pentecostés, lo hicimos pensando que sería un sacrificio, porque era un sábado en la tarde, un momento para descansar en familia. Pero al llegar, el Espíritu Santo nos sorprendió. El día estaba precioso, los scouts jugaban cerca y el ambiente era alegre y acogedor. Nos recibieron los encargados con mucho cariño y gratitud. Poco a poco se fueron sumando más personas y todos trabajamos con dedicación y alegría. Las mesas quedaron preciosas, con arreglos de flores lindos y rica comida. Nos dimos cuenta de que cuando se da con cariño, se recibe en forma multiplicada. Creemos que la Comunidad es una fuente viva de conexión con Dios, y está en nosotros abrir el corazón y los ojos para reconocerlo y disfrutarlo. Fue una experiencia simple pero profunda, que nos llenó el alma y nos hizo sentir parte de algo grande”.