El último sábado de mayo se celebró la Vigilia de Pentecostés. Nos comparte, María José Ortuzar, novicia: “La organización de esta Vigilia fue fruto de una comunidad, que muy asistida por el Espíritu Santo, trabajó durante algunas semanas hasta formar la liturgia con la que finalmente celebramos. Fueron muchas las ideas que iban y venían, los desafíos que nos planteamos y el descubrir si la tecnología nos iba a permitir alcanzarlos. También hubo momentos en que la caída de internet, los cortes de luz y otras dificultades, nos querían impedir, por ejemplo hacer los ensayos y avanzar, e incluso que algunos de los organizadores pudiera participar, pero tal como nos salió en la lectura al azar luego del último ensayo: “El origen de Jesús fue de esta manera. Su madre, María,… se encontró encinta por obra del Espíritu Santo” (Mt 1, 18). Si el poder del Espíritu logró engendrar a Jesús, ¡cómo no iba a conseguir que una liturgia para celebrar su venida, se pudiera realizar según lo que Él quería! En realidad podría comenzar este relato de nuevo. La Vigilia de Pentecostés que celebramos este 2020, fue fruto del Espíritu Santo, que se hizo de una comunidad integrada por jóvenes y adultos, que lograron llevar a cabo lo que Él fue inspirando.”
Belén Comparini (A14): “Hace algunas semanas un grupo partimos pensando y organizando la vigilia de Pentecostés que tuvimos el sábado 30, fue todo un desafío, teníamos muchas ideas, queríamos que fuera una fiesta del Espíritu, un espacio de oración y encuentro, y que quienes fueran parte de ella pudiesen de verdad participar (que no fuera sentarse frente a una pantalla a ver una película de una liturgia) pero el tema técnico y que todo fuera por medio de las pantallas nos jugaba un poco en contra, habían ideas que creíamos que por estos medios eran casi imposibles de lograr, pero poco a poco fue tomando forma, fue un trabajo muy comunitario, de pedir muchos consejos, descubrir las millones de herramientas que tiene power point y zoom, excursionar en el mundo de los videos y ensayar varias veces para que todo saliera bien. Creo que el Espíritu fue muy generoso, dándonos ideas, personas y familias que quisieran ayudar, participar, grabarse cantando o recitando el credo.
Tuvimos un sustito el sábado mismo, la mitad del equipo organizador se quedo sin luz, internet y señal de teléfono, así que empezamos a pensar en el plan a,b,c hasta la z, estábamos bien nerviosos pero una vez más el Espíritu actuó y fue generoso: la luz les volvió justo a tiempo (¡de verdad fue justo!) para poder ensayar, corregir algunos errores y ver los últimos detalles. Antes de la vigilia me impresionó y llegó mucho la disposición de todos a los que le pedíamos participar o hacer algo en la vigilia, el cariño que le pusieron a sus videos, cantos y preparación de las lecturas y motivaciones, me habla de la sed que hay de Dios, de celebrar en comunidad nuestra fe. Ha sido muy emocionante escuchar lo agradecidas que estaban las personas que participaron, que realmente fue una fiesta y paso del Espíritu por sus vidas y por la mía”.
Ramón Gimeno (A17): “Fue una experiencia totalmente nueva y renovadora para mí. Culminar el Tiempo Pascual con esta tremenda celebración fue el mejor cierre posible. Los cantos emocionantes, las lecturas para reflexionar, la potentísima invocación y la alegría de la comunidad fueron resultado de la dedicada y humilde organización que hubo detrás. Sin duda puedo decir que el Espíritu sopló sobre todos y lo recibimos con gozo”.