Centradas en la invitación a vivir desde el ser resucitado, desde la victoria que generó en cada uno, la resurrección del Señor, en no devolver a Jesucristo al sepulcro cuando está vivo y resucitado. Y en cómo esto afecta la forma en que abordamos la vida y los problemas en el día a día. ¡Jesucristo está vivo! Muy presente estuvo la oración por el Cónclave, que estaba por iniciarse, y por el eterno descanso del papa Francisco.
En la comunidad de San Benito, Raimundo Zunino (A14) reflexionó en cómo la Resurrección: “no es que las cosas se muevan un poquito, se arreglen un par de problemas, se alinee ‘esto con esto’, es un cambio total: un nuevo horizonte que da una orientación decisiva a nuestras vidas, como diría Benedicto XVI. Este nuevo horizonte, nos libera progresivamente, nos va sacando de la esclavitud del pecado, nos saca de la noche de nuestra vida y nos hace entrar en la luz, nos hace vivir reproduciendo la imagen de Cristo resucitado”. “Cuando hago lectio y me creo la Resurrección, me doy cuenta de que estoy convencido de que la lectura me habla desde un lugar en que la muerte fue vencida, la lectura no me dice algo puntual, sino que Dios me muestra algo que muchas veces no me esperaba y me lleva hacia la Vida que Él me quiere regalar. El poder hacer lectio divina y encontrarnos con Cristo en su Palabra, es uno de los frutos de Su resurrección que podemos vivir hoy”.
“Para entender el misterio de una cruz que nos lleva a la vida, pensemos en una imagen distinta, que nos puede ayudar: en un ala delta. Para los que no sepan lo que es, les dejamos un dibujo en sus puestos. Un ala delta es una estructura grande, aparatosa, pesada (30 kg) e incómoda de cargar, pero que cuando empiezo a caminar, luego a correr y me lanzo al vacío, con fe, me hace volar. Lo que parecía ser una carga es en realidad un vehículo hacia el cielo. La cruz, como el ala delta, es el mejor vehículo que podemos pedir hacia la vida eterna, hacia la salvación en Dios amor, que nos llena de paz y alegría profunda”.
Las Vísperas en San Lorenzo fueron una celebración del poder de la Resurrección inspirada por las palabras del papa Francisco en su última homilía, en la Vigilia Pascual: “La luz de la resurrección ilumina el camino paso a paso… sin estrépito… y resplandece en nuestro corazón de manera discreta”. Al inicio de las Vísperas, prendieron varios cirios diferentes del Cirio Pascual (ver imagen), como símbolo de la luz de Cristo Resucitado que va avanzando de persona a persona, como pequeños brotes de luz que se abren paso poco a poco. Compartimos algunos de los testimonios de experimentar la vida nueva de Cristo resucitado durante la Semana Santa.
Daniella Villanueva, que participó de una jornada de servicio el Sábado Santo: “Esta experiencia me hizo comprender que vivir la resurrección de Cristo en mi día a día no es sólo algo simbólico o espiritual, sino algo muy concreto que se trata de salir de uno mismo para servir, de construir comunidad, de entregarse con amor incluso en lo más simple. Cristo resucita en cada acto de servicio verdadero, en cada gesto de fraternidad, en cada esfuerzo por mejorar lo que nos rodea. El mensaje que me dejó esta jornada es que el servicio transforma. No sólo transforma los espacios físicos, sino también transforma corazones y vínculos. Esa es la forma más concreta en la que puedo vivir la resurrección de Cristo en mi vida cotidiana”.
Diego Martínez, apoderado, compartió como le llegaron las palabras del padre Geraldo en la Vigilia Pascual: “La resurrección no es solo un hecho que recordamos una vez al año, es una experiencia que vivimos día a día, en los momentos concretos y cotidianos de nuestra existencia.” Reflexionó Diego: “en cada una de las situaciones de la vida cotidiana hay una posibilidad de comenzar de nuevo, de dejar morir lo que me aleja de lo esencial y dar paso a algo más bueno, bello, más verdadero. Pienso en las palabras de san Pablo a los Romanos: “Pero si hemos muerto junto a Cristo, debemos creer que también viviremos con Él” (Rom 6, 8). Esta cita bíblica me acompaña porque me recuerda que nuestra vida no se define por las caídas, sino por la esperanza de volver a levantarnos. Me ayudó a recordar que la vida cristiana no sólo se trata de hacer grandes cosas, sino de vivir lo cotidiano con un corazón lleno de fe. Que resucitar con Cristo es mirar con compasión, escuchar con atención, dejar que el otro también me enseñe”.
En San Anselmo, el rector Alejandro Greene (B00), promesado, comenzó su reflexión con lo que nos motiva a encontrarnos en Vísperas Generales: “Es volver, mes a mes, a decir: creo en el Resucitado. Porque estas Vísperas no tendrían ningún sentido, si esto no fuera así. Si Cristo no hubiera resucitado, vana es nuestra fe (cf 1Cor 1, 14). Es ese hecho, la resurrección de Jesús, la que nos convoca, y de la cual quiero reflexionar con ustedes hoy”. Continuó comentando cómo el lunes de Resurrección se conoció la pascua del papa Francisco, por lo que se unió a un gran anuncio de Resurrección en el Colegio. Allí el padre Geraldo González osb “dijo tres características de él: su misericordia, su alegría y su invitación a ir a las periferias. Y terminó diciendo, mientras miraba el cirio pascual, una frase que le había escuchado mucho al Papa: Si Cristo vive, nosotros también”… “Este momento fue un verdadero paso de Dios por nuestro Colegio, en que se conectó de manera muy natural la muerte de nuestro querido Francisco con la vida y resurrección de Cristo”. “Si Cristo vive, nosotros también, se refiere a hoy día, no mañana, no a ayer. Ayer ya pasó, no hay nada que podamos hacer al respecto. Mañana es incierto, no lo podemos controlar. El tiempo de Dios es el presente. HOY Cristo vive, hoy nosotros también vivimos, o más bien, podemos vivir. HOY podemos dar el paso. Es un paso que atraviesa nuestros días, mejor dicho, nuestras horas, mejor aún, nuestros minutos e incluso nuestros segundos. Es en este mismo instante en donde estoy invitado a dar el paso. Por nuestro bautismo somos, nada más y nada menos, que templos del Espíritu Santo, es decir, el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones. Tenemos ese Amor que nos invita, nos inspira a dar el paso”. Para terminar, invitó “en un minuto, a pensar en cuál es el paso que Jesús te invita a dar hoy, en este momento”.