En la Comunidad San José , con este el lema tomado de la lectura del lavatorio de pies del Jueves Santo
(Jn 13, 1), celebraron Semana Santa y comparten: “Las actividades empezaron el Domingo de Ramos con la visita de un sacerdote franciscano que presidió las misas en Guadal y Mallín, en compañía del diácono de Chile Chico. El lunes compartimos con los niños de la escuela de Mallín en la tutoría, la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas, siguiendo el ejemplo de Jesús que en la Cruz encomienda el “espíritu” en las manos de su Padre. El martes por fin llegaron nuestros huéspedes: seis mujeres de Jóvenes Manquehue en el Puesto San Agustín; doce escolares de los colegios San Anselmo y San Benito en las casas de formación – seis mujeres en Santa Hilda y seis hombres en San Beda- acompañados por dos tutores. El padre Richard Yeo OSB, que desde su Monasterio en Perú vino a celebrar con nosotros quedándose en San Beda. También llegó a la casa San Bonifacio Francisco Loesser, quien trabajó durante muchos años en el Colegio San Lorenzo. Todos ellos, sumados los jóvenes que están viviendo la experiencia por cuatro meses y los miembros de la comunidad estable vivimos atentos la celebración del Misterio.
Ese mismo martes, cada casa reflexionó en cómo llega a San José para esta Semana Santa.
Así, entre ensayos de coro, de las misas y liturgias, fue transcurriendo la semana: el miércoles tuvimos una espiritualidad que introduciría la Semana Santa y en la noche una Liturgia Penitencial que nos ayudó a preparar el corazón para adentrarnos en el Triduo. El Jueves Santo empezó nuestro “retiro”, celebrando las horas del Oficio, la Rosario nos habló del amor hasta el extremo y el sentido de la Cruz. En la noche fue la misa de la Cena del Señor, con Lavatorio de Pies, y más tarde acompañamos a Jesús en el “huerto” con canto a la divino y otras oraciones.
El Viernes Santo recorrimos las calles de Mallín y Guadal en el Vía Crucis, en la tarde la Solemne Acción Litúrgica y la Adoración de la Cruz en San José, y en la noche todos fuimos al cerro de la Cruz para rezar las Completas junto a la Cruz, como María y Juan.
El Sábado Santo se sintió un gran silencio en toda la Patagonia… Después de rezar las vigilias y laudes, Manuel José y Juan José nos fueron explicando las Escrituras y Liturgia de la Palabra de la Vigilia Pascual, y también tuvimos un rato de lectio. Con ansiedad y muchos preparativos, las distintas comisiones esperamos la noche.
Realmente la Vigilia Pascual fue la fiesta de las fiestas, la alegría del Resucitado impregnó todo San José. Todos tuvimos un rol en la celebración, llegaron vecinos y miembros de la familia Cosmelli. En la noche, después de la Vigilia, todos seguimos cantando en un ágape junto al fogón. El Domingo y el resto de la semana hemos vivido todos sumergidos en la Liturgia Pascual, el gozo Pascual. El lunes en la mañana la espiritualidad fue sobre los frutos de la Resurrección y en la tarde compartimos los ecos finales. Nuestros huéspedes regresaron a sus casas muy temprano el martes de la Octava.
Gasan Bittar (A22): “De esta Semana Santa me quedo con la alegría de la Resurrección plasmada en la comunidad”.
Benjamín Rojas (L21): “Me llegó el redescubrir el amor de Jesús”.